© CIREP - Centro Integral de Reeducación de Piso Pélvico.
En la base de la pelvis hay una serie de músculos que están relacionados con las funciones urinaria, rectal y sexual que pueden verse afectados por enfermedades, cirugías, el paso de los años y también el parto vaginal.
Justamente, una de las posibles consecuencias de dar a luz es la incontinencia urinaria, entendida como cualquier escape de orina involuntario, provocado por el pujo y la lesión de la musculatura pelviana, que puede manifestarse a corto, mediano o largo plazo.
Esto puede prevenirse si la mujer realiza una preparación del piso pélvico, idealmente durante el embarazo, o bien si efectúa ejercicios después del nacimiento, con la supervisión de profesionales competentes. Así lo dan a conocer las kinesiólogas de la Universidad de Chile, Bernardita Fuentes y Mónica Venegas, quienes dictarán, junto a otros docentes, el Diploma de Postítulo en Reeducación Pelviperineal, que se inicia en agosto de este año y que es el único de su tipo en el país.
La prevalencia de la incontinencia urinaria en mujeres es muy alta, se calcula que una de cada tres se ve afectada, es decir, cerca del 40% de la población femenina sufre el problema. Está asociada, entre otros factores, a menopausia, partos vaginales, obesidad, constipación y edad. “Este es un problema que perturba muchísimo la calidad de vida de las personas porque no se atreven a hacer ejercicio, viajar o participar en actividades sociales, lo que las lleva al aislamiento. Además, puede incidir en la vida sexual”, explica Bernardita Fuentes.
Recuperando la figura
En tanto, Mónica Venegas advierte que algunas mujeres, después de haber dado a luz, se inscriben rápidamente en el gimnasio para recuperar sus figuras, lo que puede ser muy nocivo. “Muchas veces se ponen a hacer abdominales o a trotar sin esperar que los músculos vuelvan a su posición, cicatricen y se recuperen, lo que ocurre aproximadamente tres meses después del parto”, señala.
Agrega que como el periné está muy lábil por el parto, los ejercicios terminan aumentando la presión dentro del abdomen, lo que puede favorecer la incontinencia urinaria. “En muchos países desarrollados la mujer que ha tenido hijos es apoyada con reeducación pelviperineal para que no sufra las consecuencias del trauma localizado. Lamentablemente, en Chile esto no ocurre, aunque deberíamos apuntar hacia ello, para lo cual se necesita de profesionales especializados”, dice Bernardita Fuentes.
Mónica Venegas señala que si durante el embarazo la mujer se prepara realizando ejercicios de contracción localizada del piso pélvico y continúa efectuándolos tras el parto, podrá prevenir la incontinencia. “Un estudio demostró que no basta con dar indicaciones por escrito referidas a estos ejercicios, ya que sólo el 50% de las mujeres los efectúa correctamente y, lo que es más preocupante, el 25% invierte la orden y en vez de apretar, puja, lo que puede acrecentar los problemas . Por lo anterior, repartir una plantilla en hospitales y consultorios que indique cómo trabajar el periné posparto es insuficiente”, apunta.
Las especialistas resaltan que tampoco se debe olvidar que los hábitos se forman desde la infancia, por eso hay luchar contra las menores aguantadoras que no quieren ir a baños públicos y, muy importante, la población debe saber que la incontinencia no es normal y que tiene solución, no necesariamente quirúrgica.
Añaden que el apoyo kinésico es un complemento al tratamiento médico aunque en ciertos casos también es curativo y paliativo. Lamentablemente, dicen, en Chile sólo hay 40 kinesiólogos formados en esta área.
Por ello se realizará este diploma donde se analizarán diversas disfunciones del piso pélvico en las áreas uro-ginecoobstétricas, coloproctológicas, pediátrica y de sexualidad relacionadas con problemas altamente prevalentes en la sociedad: constipación, incontinencia fecal, hiperactividad vesical e incontinencia urinaria.
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